Guía espiritual para el Peregrino

Camino a Santiago de Compostela

El peregrino que llega a Santiago siente una gran satisfacción por su viaje ya concluido, y ahora su interior viene a quedar en vacío, expectativo.

Proyecto ya realizado y ahora también encuentro consigo mismo, lo que imaginó ya está cumplido. La meta estaba aquí. Está ahora como una hoja en blanco, receptivo y quizá también algo extrañado de sí mismo.

Santiago se hace también un lugar para el encuentro, de unos y otros, todos son el mismo, un mismo sentir, se miran, se reconocen, se vive una gran unidad, el trofeo es el mismo para todos.

El mismo camino y pisado por tantos siglos, y de tanto repetir, el camino se hizo sagrado, por tanta voluntad y tanto sudor, por tanta búsqueda al Apóstol.

La catedral está ahora llena de peregrinos, y en gran silencio, muchos sentados por el suelo, la espada a la pared, ala columna, es un silencio denso, religioso.

El espíritu se hace presencia, se le siente cercano, que estuviera a tu escucha, a tu palabra, hay diálogo, es un silencio orante, abierto para tu llegada.

Los distintos orígenes de los peregrinos se fueron fundiendo por el camino, y ahora, en este gran encuentro se siente la unidad, un mismo sentir.

El camino y el encuentro ha creado una nueva realidad en el peregrino, y otros van llegando, reconociéndose, todos descubren  la misma sensación, satisfechos por la llegada y este encuentro de religiosidad, que el espíritu se les hizo presencia a cada uno de ellos.

Ha sido un encuentro con lo desconocido, un espíritu nuevo añadido a sus vidas. Posible  que el espíritu de tantos que fueron llegando quedara impreso en el ambiente, impregnado en la imagen de Santiago, o abajo, en el túnel, donde sus huesos, en la arqueta de plata, y ahí el reclinatorio para el recogimiento del peregrino.

Todo queda ahora recompensado, quizá  por lo que se hubiera podido padecer en el camino, y compensado en abundancia por tanta experiencia nueva, distinta, interior.

El Camino de Santiago de Compostela ciertamente que es sagrado, es la Vía Sacra de Hispania.

Antonio Oteiza
 

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